Hoy 14 de julio es fiesta de San Camilo de Lelis, fundador de los Siervos de los enfermos y patrono de los profesionales de la salud y hospitales. Sus religiosos se convirtieron en los enfermeros de guerra antes de que existiese la CruzRoja.
San Camilo nació en 1350 en Italia. Formó parte del ejército veneciano para luchar contra los turcos, pero contrajo una enfermedad en la pierna por la que sufrió toda su vida. Más adelante ingresó como paciente y criado en el hospital de San Giacomo en Roma, pero meses después lo despidieron por ser muy revoltoso. Es así que retornó como soldado contra los turcos.
Tenía el vicio del juego de azar y cierto día perdió todo lo que poseía, incluso la camisa que llevaba puesta. En la miseria, se puso a trabajar en la construcción de un convento capuchino en Manfredonia.
Al escuchar las prédicas, poco a poco su corazón fue cambiando hasta que se reconoció como un gran pecador y se encomendó a la misericordia de Dios. Ingresó a los capuchinos, pero no pudo profesar por la enfermedad de su pierna. Retornó al hospital de San Giacomo y se dedicó al cuidado de los enfermos, llegando a ser un ejemplar superintendente del hospital.
Viendo la necesidad, fundó una asociación de personas que desearan consagrarse por caridad al cuidado de los enfermos. Luego del acompañamiento de San Felipe Neri, decidió recibir las órdenes sagradas.
San Camilo decidió independizarse del Hospital San Giacomo y con dos compañeros inició la congregación de los Siervos de los enfermos. Cada día asistían a los pacientes del Hospital del Espíritu Santo, cuidándolos como si se tratara del mismo Cristo y acercándolos a los sacramentos.
Con el tiempo, el servicio de la congregación se fue ampliando y se asumió la misión de atender a los prisioneros enfermos y a los convalecientes que vivieran en casas particulares. Desde aquel entonces San Camilo envió religiosos con las tropas para que atendieran a los que cayeran heridos.
Muchos religiosos murieron en este sacrificado servicio, incluso por la peste, pero San Camilo y sus hermanos continuaron heroicamente. Tiempo después, San Gregorio XIV conformó a la Congregación de San Camilo como orden religiosa.
El Santo de los enfermos siempre padeció por su pierna, que además se le había fracturado, y tenía dos llagas dolorosas en la planta del pie. Antes de morir sufría de náuseas y casi no podía comer, pero aun así se mantenía preocupado por los necesitados.
En 1607 renunció a la dirección de su orden y partió a la Casa del Padre el 14 de julio de 1614 con 64 años de edad. León XIII lo proclamó patrono de los enfermos junto con San Juan de Dios y Pío XI lo declaró patrono de los enfermos y sus asociaciones.
Fuente: aciprensa.com