La Iglesia Católica celebra cada 1 de agosto la fiesta de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia por sus escritos sobre moral, así como fundador de la Congregación del Santísimo Redentor, conocidos como los Redentoristas. Además es patrono de confesores y moralistas.
Este santo italiano, natural de Nápoles (Italia), escribió “La práctica de amar a Jesucristo”, “La preparación para la muerte”, “Las glorias de María”, siendo “La teología moralis” la obra que influyó en la formación del clero por muchos años.
San Alfonso, predicaba con sencillez y le enseñaba a sus misioneros que “un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla”.
Entre sus frases conocidas está: “No hay gente débil y gente fuerte en lo espiritual, sino gente que no reza y gente que sí sabe rezar”.
Benedicto XVI explicó a los fieles un día como hoy, en 2012, que este santo “nos recuerda que la relación con Dios es esencial en nuestra vida: sin la relación de Dios falta la relación fundamental” y que “Dios nos ha creado por amor, para podernos donar la vida en plenitud”.
El santo falleció a la edad de 90 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787. Fue canonizado en 1839 y declarado Doctor de la Iglesia en 1871.
San Alfonso, cuyo nombre significa “listo para el combate”, es representado con el crucifijo, los libros, el rosario o la figura de la Santísima Virgen María, a quien le tenía una profunda devoción.