Entre las muchas figuras y decoraciones que en algunos países se suele colocar en el Belén, acompañando la escena del nacimiento de Jesús junto a la Virgen María y a San José, en algunos países se acostumbra colocar un pequeño diablo. ¿A qué se debe?
La tradición de colocar la figura del diablo en el nacimiento o belén es común en países como España, y tras la evangelización de América se hizo popular en este continente. Uno de los países americanos donde se suele ver este tipo de decoración es México.
En un reciente video, el Padre José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, explicó que la figura del demonio en el nacimiento no es simplemente “decorativa”, sino que “es una manera de interrogarnos”.
“En esta Navidad, ahí está la figurita para recordarme: ¿estoy permitiendo que el demonio rompa, destruya mis ideales, mis momentos felices, mi cercanía con los demás, mi solidaridad con los necesitados?”.
El Padre Aguilar subrayó que en Navidad “no es fácil abocarse a agradecer, a concentrarse en el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Tenemos muchos distractores”.
“Precisamente por eso, en este tiempo de Navidad esta presencia del demonio nos recuerda muy bien: ¿tú cada año celebras la Navidad y te preparaste para celebrarla?”.
“¿O a lo mejor en tu cena de Navidad incluso hubo de invitado el egoísmo? Porque solamente pensaste en ti y ni siquiera en tus familiares, ni siquiera llamaste por teléfono a tus padres, ni siquiera pensaste en ese enfermo que necesita por lo menos un mensaje de WhatsApp para sentirse apreciado, o no pensaste en que está cerca de tu casa y que le podías haber compartido un poco de alimento o que tiene frío, etcétera”.
“O en tu casa en la Navidad siempre hay pleitos, hay borracheras, lamentablemente fuiste causante de un accidente”, continuó.
El sacerdote mexicano advirtió que “el demonio de alguna manera está presente en cada Navidad, como en todos los días, buscando alejarnos de Dios, buscando que perdamos la fe, que caigamos en las tentaciones que la vida nos va poniendo para que seamos esclavos del mundo y no seguidores de Dios”.
Por eso, dijo, la figura del demonio puede encontrarse en los nacimientos “en distintos materiales, y en muchas ocasiones en forma ofensiva. Porque el hecho de que se represente de repente al demonio desnudo, o incluso evacuando, es una manera de decir: el demonio no le tiene respeto a nada”.
“El demonio es un espíritu al que no le importa el orden, que no le importa el respeto, que no le importa la unidad. Llega a destruir y, sobre todo, a tentar”, dijo.
“El demonio no solamente está presente, por lo tanto, en algunos nacimientos españoles, particularmente, y mexicanos, sino también está presente en otro elemento de la Navidad, que son las pastorelas en las pastorelas”, indicó.
El Padre Aguilar recordó que el tema central de las pastorelas es que “el Ángel les anuncia a los pastores, por eso se llaman pastorelas, que ha nacido el hijo de Dios”.
“¿Qué es lo que quieren hacer los pastores, que es lo que surge de su corazón, de su fe? ‘Vamos a adorar al niño’”, continuó.
Sin embargo, dijo, “precisamente el demonio, que no quiere que el ser humano adore a Dios, que no quiere que reconozca en Jesucristo al Mesías, empieza a hacer sus trampas y entonces las pastorelas nos llevan de la mano a todas las tentaciones”.
El sacerdote mexicano señaló que es frecuente ver en los nacimientos la figura del demonio cerca de la de un ermitaño, y esto sirve “para decir que incluso a las personas más santas, incluso a las personas más llenas de oración, más virtuosas, el demonio puede hacerles caer para que la Navidad no represente nada para ellos”.
“Si es que ves un nacimiento con esta figurita del demonio” en una casa o en una iglesia, dijo, no es que “estén dándole culto, estén diciendo ‘este personaje es importante’”, precisó.
El Padre Aguilar subrayó que “cada Navidad es un momento de alegría, pero un momento de tentación. Un momento de recordar el amor de Dios, pero también un momento en que podemos sucumbir en las garras del mal”.
“Aprovechemos esta pedagogía de nuestros nacimientos españoles, mexicanos o de cualquier parte del mundo”, alentó. “Démosles el significado profundo que tienen, veneremos a Nuestro Señor Jesucristo y que, a diferencia de estos nacimientos, que pueden ser minúsculos, (…) que nuestra fe y nuestro agradecimiento a Dios no sea minúsculo, sino mayúsculo”, concluyó.
Fuente: aciprensa.com