El Papa Francisco animó a imitar a la Virgen María para no “empantanarse ante los problemas” sino caminar con prontitud hacia la Navidad ayudando al prójimo.
“Aprendamos de la Virgen esta forma de reaccionar: levantarse, sobre todo cuando las dificultades amenazan con aplastarnos. Levantarnos, para no empantanarnos en los problemas, hundiéndonos en la autocompasión y en una tristeza paralizante”, invitó el Santo Padre a los numerosos fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano.
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Lucas que narra la visita de la Virgen María a su prima Isabel, el Papa se centró en el ejemplo de la Virgen María que después de haber recibido el anuncio del ángel, no se quedó en casa “pensando en lo sucedido y considerando los problemas y los imprevistos, que ciertamente no faltaban” sino que “al contrario, lo primero que hace es pensar en quien lo necesita, en lugar de quedarse en sus problemas”.
En esta línea, el Papa subrayó que la Virgen María se puso en camino “con generosidad, sin dejarse intimidar por los inconvenientes del viaje, respondiendo a un impulso interior que la llama a hacerse cercana y a ayudar. Un camino largo, kilómetros y kilómetros, no había un autobús, fue caminando” y compartió a Isabel “la alegría de Jesús, la alegría que llevaba en el corazón y en el vientre. Va donde ella y proclama sus sentimientos, y esta proclamación de sentimientos después fue una oración, el Magníficat, que todos conocemos”.
Por ello, el Santo Padre invitó a caminar con prontitud y a levantarnos de los problemas “¿por qué levantarnos? Porque Dios es grande y está listo para levantarnos si nosotros le tendemos la mano. Entonces arrojemos en Él los pensamientos negativos, los miedos que bloquean todo impulso e impiden ir adelante”.
“Y después hagamos como María: ¡miremos a nuestro alrededor y busquemos alguna persona a la que podamos ser de ayuda!”, advirtió el Papa.
Finalmente, el Santo Padre alentó a “cultivar un sano sentido del humor, como hacían, por ejemplo, Santo Tomás Moro o San Felipe Neri” y animó a “pedir esta gracia, la gracia del sano humorismo, hace tanto bien”.
“No nos olvidemos de que el primer acto de caridad que podemos hacer al prójimo es ofrecerle un rostro sereno y sonriente y llevar la alegría de Jesús, como hizo María con Isabel. ¡Que la Madre de Dios nos tome de la mano, nos ayude a levantarnos y caminar con prontitud hacia la Navidad!”, concluyó el Papa.
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:
San Lucas 1, 39 – 45
39En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.41Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;42y exclamando con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;43y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?44Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.45¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”.
Fuente: aciprensa.com