El Papa Francisco dejó esta mañana el interior del Vaticano y se trasladó como es tradición a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la Salus Populi Romani por los frutos de la visita que realizó a Irlanda el 25 y 26 de agosto con motivo del Encuentro Mundial de las Familias.
Después, Francisco hizo una visita sorpresa a la Iglesia de San Agustín, en el centro de Roma, donde en una de las capillas se conserva el cuerpo de Santa Mónica, madre de San Agustín, y cuya memoria litúrgica se celebra hoy.