Señor Jesucristo, enviado por el Padre y ungido por el Espíritu Santo que has confiado a tus consagrados según el carisma y apostolado de sus fundadores, el anuncio de la salvación, para que llegue hasta los confines de la Tierra y hasta el final de los tiempos; suscita para los Monasterios de todo el mundo una nueva primavera de vocaciones que sean guidas por el Espíritu Santo y formadas con María y en María según el modelo de tu enseñanza divina.
Tú que conoces a cada una por su nombre y tienes palabras de vida eterna, renueva en toda la Iglesia la invitación a dejarlo todo y seguirte a Ti en la vida consagrada, dedicándose por entero al servicio del Reino al que se entregarán como hostias vivas en cuerpo y alma.
Amén.
R.- Santa Madre Beatriz de Silva.
V.- Ruega por nosotros y traínos vocaciones.