Buenos días Señor, gracias porque todos los días, desde el amanecer, sales a mi encuentro y me invitas a seguirte, a vivir una vida nueva. Hoy nuevamente tocas a mi puerta, dame la gracia Señor de vencer mis miedos, abrirte de par en par mi corazón. Entra Señor, entra con tu luz e ilumina todo mi ser, purifica con el fuego de tu amor todo lo que haya en mi de egoísmo, soberbia, orgullo y vanidad. Permíteme Señor experimentar tu amor, ayúdame a encontrar esa paz que sólo tú puedes dar, esa alegría que el mundo no da, solo tú Señor. Aquí estoy Señor, hoy quiero escuchar tu voz y seguirla, quiero a través de mis acciones, palabras y actitudes, ir preparando mi traje de fiesta, para que el día que me llames, que me invites estar preparado y poder participar de ella. ¡Habla Señor, que tu siervo escucha! Amén. (Pbro.Tavo).