Al iniciar este día busco un momento de silencio para encontrar paz, para encontrarme contigo. Te pido Señor que envíes a nuestro mundo tu reino de paz y de justicia, para que no haya más odios, más guerras, ni más rencor. Que sepamos todos ser más hermanos, apoyarnos, tender la mano. Enseñame escuchar tu voz, dame la gracia de saber detenerme a conversar contigo, a ser más reflexivo, a no dejarme llevar por los impulsos, por la emoción del momento. Silencio, oración, que busque momentos para estar contigo y pueda entonces regirme por tus enseñanzas. Dame la gracia de trabajar siempre con empeño y perseverancia, hacer la parte que me corresponde y dejar que tu hagas la tuya, confiante en tu providencia divina, pues nunca me has dejado solo y seguro estoy que nunca me abandonarás. Bástale a cada día su afán. Dame tu gracia para que a lo largo de este día me mantenga siempre unido a ti, que sepa siempre optar por ti Envía tu bendición a nuestra patria, a nuestros hermanos que sufren, a mi familia, amigos. ¡Y líbranos Señor de todo mal! Amén. (Pbro. Tavo).
