Antes iniciar mis labores de este día, hago un alto, me detengo para ponerme en tu presencia Señor, para ofrecerte las actividades de esta jornada, para pedirte me acompañes, que ilumines mi entendimiento, que llenes mi corazón de tu amor, que aclares mi mirada y pongas en mi boca las palabras que tu dirías. Ayúdame a vivir este día con alegría, no permitas que las preocupaciones, el egoísmo y la soberbia me roben la paz. Que los chismes y malos comentarios no tengan hoy cabida en mi vida, que busque alimentar mi corazón de momentos de oración, lecturas positivas, para que mis palabras y actitudes sean siempre de tu agrado Señor. Que las cosas pasajeras, lo material, no me robe mi tiempo, que sepa colocar los ojos en aquello que realmente vale la pena, lo que nunca pasa, lo eterno y desde ahí empeñarme para vivir mi día a plenitud, dando siempre lo mejor de mi. ¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Amén, (Pbro. Tavo).
