Jueves 18 de enero 2018
Al iniciar este día, quiero agradecerte por darme la oportunidad de este nuevo amanecer, de poder abrir los ojos, de caminar, de trabajar, de poder elevar mi mirada y buscándote a ti, pueda revisar mi alma, mis obras, analizar si mi diario caminar hasta ahora está siendo de tu agrado o qué cosas debo de cambiar. Dame la gracia de saberme alegrar con los triunfos y alegrías de mis hermanos, de entristecerme y dolerme de sus derrotas, de sus caídas, de sus tristezas. Ayúdame a no ver la paja en el ojo en la paja de mi hermano, y quitar la viga que tengo en el mío. No permitas Señor que mi corazón sea envidioso, altanero. Enseñame a ser humilde y sencillo. Sube hoy a mi barca, entra a mi corazón y transformalo, arranca de raíz todo aquello que está de más, que no sirve, que hace daño y derrama tu gracia, los dones de paz, de alegría, de amor. Dame la gracia de navegar hacia la eternidad, que todo cuanto haga sean como esos pequeños peldaños de la escalera que llevará un día al cielo. ¡Señor tu tienes el poder de darme una vida nueva! Amén, (Pbro. Tavo).