Antes de continuar con mis actividades de este día, me detengo para elevar los ojos al cielo pongo en tus manos el trabajo de este día, te pido paz y sabiduría para saber vivir cada momento dando lo mejor de mi. Humildad y prudencia para darle a Dios el lugar que le corresponde y tratar a mis hermanos con dignidad y respeto. ¡Jesús manso y humilde haz mi corazón semejante al tuyo! Amén, (Pbro. Tavo).