Jueves 9 de agosto de 2018
¿Quién eres tú para mi Señor? Que sean las obras las que respondan a tu pregunta, pues no basta solo decirlo, sino de verdad vivirlo. Desde el inicio del día pongo todas mis actividades en tus manos, te ofrezco cada una de mis acciones, que sean de tu agrado Señor. Que sepa ver y agradecer tu mano providente que tantas bendiciones cada día me da. Te ofrezco mi trabajo, realizarlo con alegría, servir a mis hermanos con prontitud, ser paciente y prudente, Gracias por este día, cuida de mi familia y amigos, de manera especial cuida de los enfermos y desanimados, renueva nuestro corazón de esperanza, pues contigo siempre podemos iniciar cada día un nuevo camino, Amén. (Pbro. Tavo).