Jueves 1 de febrero de 2018
Al iniciar mis actividades de este día, tomo conocimiento de mi condición de ser discípulo tuyo Señor, mensajero de tu evangelio, testigo de la esperanza, propagador de la fe. ¡La paz esté con ustedes! que mi manera de ser y de vivir contribuya al bien de mis hermanos, que las pruebas y las vanidades del mundo no me roben la paz. Ayúdame a tomar conciencia de mi misión, de la responsabilidad que tengo en este mundo, de ser sal y luz. ¡De qué sirve al hombre ganar el mundo entero si al final pierde su alma! Enseñame a ser humilde y sencillo, agradecido contigo Señor, pues qué cosa tengo que no haya sido dada por ti. ¡Señor, hazme un instrumento de tu paz! Amén. (Pbro. Tavo).