ORACIÓN DE LA MAÑANA

Buenos días Señor, amanece y la lluvia me recuerda tu presencia, tu enorme generosidad. Pues de la misma manera que la lluvia cae y produce frutos abundantes en el campo, de la misma manera es tu gracia y tu presencia en nuestra vida. No permitas que la costumbre, o la indiferencia vaya endureciendo mi corazón, dame la gracia Señor de ser tierra suelta, de saber estar siempre preparado para aprovechar lo que hoy me quieres enviar, que no pierda el tiempo llorando por lo que no tengo y sepa valorar los dones que me has dado y hacerlos producir al máximo. Que al final, cuando llegue el momento del encuentro y me preguntes ¿Qué has hecho con los dones que te di? Pueda presentarme ante ti con las manos llenas y responderte con una sonrisa en la boca, aquí están, me diste diez, los puse a trabajar y aquí tienes diez más. ¡Señor, mi vida está unida a ti y tu mano me sostiene! Amén. (Pbro. Tavo).