Buenos días Señor, antes de continuar con las actividades de este día me detengo un momento para conversar contigo. Al leer el evangelio cuánta luz y paz encuentro. Gracias por cruzar hoy nuevamente por mi camino, ¡Ayúdame a conocerte hoy un poco más! Para que mi manera de vivir sea como la tuya, que mis palabras sean tus palabras, que mis acciones sean tus acciones. Dame la gracia Señor de vivir hoy como tú lo harías. No permitas Señor que la frialdad del mundo enfríe mi alma, que la indiferencia de tanta gente me haga ser indiferente, que la dureza de corazón me haga insensible a las necesidades de mis hermanos, no lo permitas Señor, por el contrario haz de mí Señor un instrumento de tu paz, que mis palabras y actitudes te hagan presente a lo largo de mi día. ¡Ven Señor, ven pronto a mi vida! Amén. (Pbro.Tavo).
