ORACIÓN DE LA MAÑANA

Antes de iniciar las actividades de este día me detengo, busco un momento de silencio para ofrecerte Señor las actividades de este día y pedirte me ayudes ejercitar en todo momento las virtudes necesarias para vivir según tus enseñanzas. Dame la gracia Señor de ser tierra fértil, en la cual la semilla de tu palabra y de tu gracia pueda producir, para gloria tuya, frutos en abundancia. Es triste reconocer como el paso de los días, la indiferencia, las frustraciones y las malas actitudes de nuestra sociedad son como esas pisadas que poco a poco van endureciendo el corazón. Es duro reconocer como el desánimo de este mundo y el desinterés por las cosas tuyas Señor pueden ir acabando con aquella alegría y deseo de llevar tus palabras a todos los lugares. Ánimo, hoy es el día. Como todo cristiano estoy llamado a dar fruto, fuera desánimo, fuera tristezas. Cristo está conmigo, la tierra es buena y la semilla también, así que a producir. Si es necesario Señor, coloca el arado, rotura la tierra de mi corazón para que se oxigene, llena mi corazón con tu paz, con tu esperanza, y deja caer sobre él la semilla de tu amor, de tu generosidad, de tu servicio. Que las palabras de tu evangelio renueven mi corazón, para entonces producir los frutos a los que estoy llamado. Contigo Señor todo lo puedo, tú tienes palabras de vida eterna. Aquí estoy Señor, me pongo en tus manos. Lleno de confianza hoy preparé mi tierra, y tu Señor, te pido, has llover la gracia necesaria para que juntos, con mi empeño y tu bendición produzca frutos buenos, Amén. (Pbro. Tavo).