ORACIÓN DE LA MAÑANA

Buenos días Señor, antes de iniciar mis actividades me detengo, me pongo en tu presencia, hago la señal de la cruz que me recuerda mi pertenecía: soy tuyo Señor, y has pagado un rescate muy caro por mi, tu vida. Gracias Señor por todo lo que tu has hecho por mi. Y ¿cómo te he correspondido yo? ¿Qué he hecho con todo lo que tu me has dado? En esta vida tan agitada es fácil caer en el activismo, correr de un lado para otro. Claro que busco dar frutos pero no siempre son de vida eterna, es fácil pensar en el aquí y ahora. Pero esto pasa, un día, el menos pensado vendrás a visitarme y me preguntarás ¿Dónde están tus frutos? ¿Qué has hecho con lo que te dí? Ayúdame Señor a no perder de vista lo esencial, es verdad debo trabajar mucho aquí, pero sin perder de vista la eternidad. Caminar esta vida con los pies en el suelo, pero con los ojos en el cielo. Dame tu gracia para no olvidar que en la vida hay un solo fin y muchos medios para allá llegar. Ayúdame a no convertir los medios en fin, y sepa utilizarlos tanto cuanto me ayuden a llegar a ti, mi fin último. Inicia esta nueva semana laboral, gracias Señor por ayudarme a recordar de los frutos que estoy llamado a dar, y de mi meta final, pues tengo hoy esta nueva oportunidad para redireccionar mi camino, para iniciar de nuevo. Con mi confianza puesta en ti inicio este nuevo caminar, guía por favor mis pasos, ilumina mi conciencia y dame la gracia de que todo cuanto haga sea para gloria tuya, y el bien común. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (Pbro.Tavo).