ORACIÓN DE LA MAÑANA

Hoy Señor al iniciar el día, al igual que cuando pasaste junto aquella higuera pasas por mi vida, esperando encontrar en ella frutos ¿Cuáles son mis frutos? ¿Qué he hecho por ti? Señor te entrego mi corazón, mis manos, mi mente, todo mi ser, tú mejor que nadie sabe si he trabajado o no, si me he entregado por completo o no. A veces lleno de ánimo, otras triste y desanimado he luchado por mantenerme en el camino. No es fácil seguir tu camino, la mies es mucha y los obreros pocos. Hay mucha apatía ¿Dónde están aquellas multitudes que salían a tu encuentro cuando escuchaban que venías? Que triste Señor tener que reconocer que el corazón del hombre está en muchas cosas, pero poco en ti. Por eso te pido que al igual que llegaste al templo y expulsaste aquellos mercaderes, expulsa de mi corazón, de mi vida todo aquello que me impida conocerte, que me impida amarte a ti Señor sobre todas las cosas. Transforma Señor mi corazón, amasa mi barro y haz de mi un vaso nuevo, Amén. (Pbro. Tavo)