Buenos días Señor, antes de iniciar mis actividades quiero agradecerte el haberme regalado un día más de vida, ayúdame a saber vivirlo, que sepa disfrutar y estar en cada momento. No permitas que el desánimo o el miedo ganen terreno en mi vida. ¡Danos siempre Señor de ese pan! Que sepa darme tiempo para hoy asistir a Misa, para visitarte en el Sagrario, abre mi entendimiento para realmente comprender que tu Señor estás presente en la Eucaristía, que eres el pan de vida, y que quien come de ese pan vivirá eternamente. Señor aumenta mi fe y renueva mi esperanza, mi vida no puede ser igual, tiene que cambiar. Que tu victoria Señor sea realmente causa de cambio, de vida nueva, de caminar con confianza y alegría por el camino de la vida. Dame la gracia de vivir este día de manera diferente, que nada ni nadie me robe la paz y alegría que tu me haz dado. ¡En tus manos Señor encomiendo mi espíritu, Aleluya! Amén. (Pbro. Tavo).