Buenos días Señor, ya es viernes, qué rápido han pasado los días. Hoy quiero pedirte que alcances la gracia Señor para que este día sea realmente para mi un nuevo despertar, que sea capaz de vivir la vida y no que la vida me viva, enseñame a saber vivir cada momento, cada ocasión, cada encuentro, dándome el tiempo para estar, para escuchar, para disfrutar. Que hoy sepa detenerme a lo largo del camino y contemplar el paisaje, tantas cosas escapan de mi vida por andar de prisa, por no tener tiempo. Que me de el tiempo para disfrutar de una buena conversación, de reír a carcajadas, de sentarme un momento a acomodar las ideas, de platicar contigo en la soledad del Sagrario, de ser capaz de descubrirte en el rostro de mi hermano, de tener a flor de piel una sonrisa, la mano siempre tendida para ayudar al necesitado. Hoy quiero disfrutar cada momento del día, quiero vivirlo como si fuera el último, sin quedarme con las ganas de hacer el bien, quiero llegar al final del día con la conciencia tranquila, con la paz de saber la misión cumplida y que mis pobres acciones contribuyeron en algo para que tú Señor fueras más conocido, Amén. (Pbro, Tavo).