Buenos días Señor, hoy, como todos los días, busco este momento de silencio, de recogimiento, para conversar contigo. Dame la gracia de saber aprovechar este tiempo de Cuaresma para alcanzar la conversión del corazón, que aprenda a amar como tú amas, siempre y a todos por igual, que sepa perdonar sin guardar rencor. Humanamente no es fácil Señor, es necesario hacer la experiencia del amor, del perdón y no olvidarse de ello. Por eso te pido Señor que ayudes a siempre tener presente, a no olvidar todos los gestos de amor que he recibido de ti a lo largo de mi vida; todos los gestos de amor y caridad que he recibido de mi familia, amigos, de tanta gente gente a lo largo de mis años. Que no olvide todas las veces que triste y abatido, con el corazón partido me he acercado a ti Señor a pedir perdón, a pedir fuerza para caminar y tu como padre amoroso, siempre has salido a mi encuentro y como al hijo pródigo me has perdonado e invitas a una vida nueva. Ayúdame Señor a tener siempre presente en mi vida todos estos gestos de amor, de perdón, y dame la gracia de saber corresponder a los demás de la misma manera que tú lo has hecho conmigo. Gratitud, humildad, generosidad, amor, sencillez, virtudes necesarias en el diario caminar de todo cristiano. ¡Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo! Amén. (Pbro. Tavo).