Buenos días Señor, gracias por regalarme este nuevo día. Inicio mi día con alegría, poniendo en tus manos mis actividades, ayúdame para en cada una de ellas dé lo mejor de mi, la realice con prontitud y alegría. Dame la gracia de poder ver tu rostro en el rostro del prójimo, y recuerde que todo cuanto haga a uno de mis hermanos es a ti a quien lo hago. Por eso te pido Señor que aumentes mi fe, que hoy pueda conocerte un poco más en la oración, en las escrituras. Que sepa descubrirte en la cotidianidad de este día, en la belleza del amanecer, en la hermosura de tus paisajes, en la belleza de la creación. Que sepa reconocer tu mano providente que guía paso a paso mi caminar por esta vida. Que no vuelva llamar coincidencia a tus manifestaciones de amor. Señor que todo esto me lleve a amarte más a ti y a través de ti amar y servir a mis hermanos. Señor, tus palabras son espíritu y vida.¡Dame la gracia de saber, hoy, descubrir tu rostro en el del hermano! Amén. (Pbro. Tavo).