Que rápido pasan los días Señor, llegó el fin de semana y con él, mayor tiempo para convivir en familia, para una buena lectura, para la reflexión, para ayudar al prójimo. Hoy Señor nuevamente vuelves a cruzar por mi camino, fijas tus ojos en mi a pesar de mi, no te importa el pasado, de donde vengo, que he hecho, o que he dejado de hacer, me invitas a una vida nueva, pues tú Señor no has venido a curar a los sanos sino a los enfermos. Dame la gracia de saber dejar todo como Mateo, que no me estorben mis intereses particulares, mis planes, que sea capaz de seguirte, de darte la oportunidad para que transformes mi vida. Tu Señor, el alfarero, toma mi barro y haz de mi un vaso nuevo. Ayúdame a ser humilde, que confíe en tu poder transformador y no en mis fuerzas. Que sepa aprovechar este tiempo de gracia, tiempo de conversión para aplicarme a la oración, a conversar más contigo Señor, a leer las escrituras, a la práctica de la caridad, sirviendo, ayudando a mis hermanos, a vencer mi egoísmo con generosidad. Tu me llamas hoy Señor, aquí estoy, dame las gracias necesarias para seguirte, para aprovechar al máximo el hoy de mi vida ¡Enséñame Señor tu camino para que siga tu verdad! Amén. (Pbro. Tavo).