Buenos días Señor, inicia un nuevo día, gracias por la oportunidad, por este regalo. Dame la gracia de saber vivirlo de la mejor manera posible, cerca de ti, haciendo el bien, cumpliendo fielmente con mi deber con alegría y entrega.
Este período de cuaresma invitas a la práctica del ayuno, un ayuno sincero no sólo exterior, que me ayude a escuchar tu voz y a vivir de acuerdo a tus enseñanzas, pues de nada sirve el golpe de pecho, el sacrificio si por otro lado no se vive coherentemente nuestra fe. Por eso hoy quiero pedirte Señor que me ayudes a esforzarme para practicar los sacrificios agradables a ti, dar de comer al hambriento, enseñar al que no sabe, vestir al que pasa frío, a quien no tiene ropa, darme tiempo para escuchar a quien me lo pide, tratar bien al prójimo, con justicia, enseñar al que no sabe, abstenerse de críticas y juicios mal sanos, visitar al enfermo, perdonar de corazón, tantas cosas Señor que hoy se pueden hacer si estoy atento a tu voz. Por eso te pido dame la gracia de estar atento a ti y a los demás y a no quedarme con las ganas de hacer el bien. Aquí estoy Señor, me pongo en tus manos, te pido me acompañes a lo largo de mi caminar de este día, que todo cuanto haga sea de tu agrado. ¡confiado en tu palabra lanzaré las redes! Amén. (Pbro. Tavo).