Miércoles 20 de junio de 2018
Al iniciar este nuevo día vengo ante ti Señor para agradecer, pedir y ofrecer. Agradecer tu amor infinito y misericordioso, tu presencia real en la Eucaristía, que seas mi alimento y fortaleza. Te pido toques mi corazón, para que todo lo que haya en él que sea contrario a ti, como soberbia, orgullo, egoísmo, pereza o vanidad, sea vencido, transformado por la gracia de tu amor. Te pido por mis hermanos enfermos, por los que sufren, por los tristes y abandonados, que tu amor les ayude a vivir hoy con mayor esperanza y alegría. Por último te ofrezco mis pobres acciones de este día, todo cuanto haga por pequeño que sea, que sea por ti y para ti, hecho con amor, con el deseo de que tu crezcas y yo disminuya, Amén. (Pbro. Tavo).