San Francisco de Paula fue un hombre que amaba la soledad, por ello vivió prácticamente toda su vida en penitencia y oración. Tuvo muchos seguidores y fundó una congregación de vida eremítica de nombre Orden de los Mínimos, aprobada por la Santa Sede el año 1506.
Francisco nació en Paula (Italia) en 1416. Cuando era niño sufrió una grave enfermedad en los ojos, por ello sus padres pidieron la intercesión de San Francisco de Asís e hicieron un voto de que su hijo pasaría un año entero en uno de los conventos de su orden si se sanaba.
El niño curó inmediatamente y desde entonces empezó a mostrar señales de una extraordinaria santidad. A los trece ingresó a un convento franciscano para cumplir la promesa de sus padres. En ese lugar creció su amor por la oración y mortificación, su profunda humildad y su pronta obediencia.
A los 14 años peregrinó a Asís, donde recibió la inspiración de convertirse en ermitaño. Al regresar a Paula decidió iniciar su vida de retiro en una cueva a la orilla del mar, y pronto, serían muchas las personas que se le unirían. Desde entonces el Espíritu Santo le concedió el don de profecía, de hacer milagros y curaciones.
En 1474 el Papa Sixto IV le dio permiso de escribir una regla para su comunidad y de asumir el titulo de los Ermitaños de San Francisco: esta regla fue formalmente aprobada por el Papa Alejandro VI, quien posteriormente les cambió el nombre por el de Mínimos, “los más humildes de todos los religiosos”.
La regla definitiva fue aprobada en 1506 por el Papa Julio II, quien también aprobó una regla para las monjas de la orden.
Este estilo de vida adoptado por Francisco y sus religiosos era muy severo. Guardaban una abstinencia perpetua y vivían en extrema pobreza, pero la humildad era la señal distintiva de la orden.
Por muchos años este santo recorrió ciudades y pueblos llevando el Evangelio. En 1482 el Papa Sixto IV decidió enviar a Francisco como legado ante el rey de Francia Luis Xl, a quien logró convertirlo poco antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.
San Francisco de Paula falleció el 2 de abril de 1507. Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X, en 1519. Su fiesta se celebra en la Iglesia universal el 2 de abril.
Fuente: aciprensa.com