Redacción ACI Prensa
Hoy, 14 de noviembre, celebramos a San José María Pignatelli, jesuita español nacido en Zaragoza (España), en 1737. De familia procedente de Italia, fue hijo de Antonio Pignatelli de Aragón, príncipe del Sacro Imperio Romano Germánico.
Ingresó a la Compañía de Jesús y se dedicó inicialmente a la catequesis de niños y presos. En 1767, cuando se produjo la expulsión de los Jesuitas de España y sus territorios por mandato del rey Carlos III, al P. José Pignatelli y a su hermano -también jesuita- se les ofreció la autorización para quedarse en territorio español con la condición de que renuncien a la Orden.
Los hermanos no aceptaron la propuesta y prefirieron el destierro, por lo que fueron expulsados a la isla de Córcega.
Allí permanecieron por un tiempo, hasta que las fuerzas militares francesas invadieron la isla, y ambos fueron nuevamente desterrados. En 1773, el Papa Clemente XIV, por presión de la corona española y sus aliados europeos, emitió un decreto suprimiendo a la Compañía de Jesús.
Como consecuencia, aproximadamente 23 mil jesuitas fueron obligados a abandonar sus respectivos conventos y monasterios. San José Pignatelli, junto con sus compañeros, acataron la orden pontificia y durante los siguientes 20 años tuvieron que vivir en la clandestinidad.
Posteriormente, el santo, con permiso del Papa Pío VI, se afilió a los jesuitas en Rusia y con la ayuda de estos empezó a reorganizar la Compañía en Italia. Su principal empeño estuvo dirigido a las nuevas vocaciones, las que enviaba a Rusia para su formación y preparación.
Llegado el momento, el superior provincial jesuita en Rusia lo nombró Provincial en Italia, contando con la aprobación del Papa Pío VII. Así, la comunidad empezaba a renacer, aunque fuera a paso lento y en secreto. El santo oró y trabajó sin descanso para ver a la Compañía de Jesús fortalecerse.
En 1804, sus esfuerzos dieron fruto: el reino de Nápoles había aceptado el regreso de los jesuitas expulsados.
Poco tiempo después, con la generosa ayuda de muchísimas familias europeas, Pignatelli logró reabrir varios conventos jesuitas en Roma, Palermo, Orvieto y Cerdeña. En 1811, el 15 de noviembre, antes de poder el restablecimiento de la Compañía de Jesús, el Padre José falleció.
El 7 de agosto de 1814, el Papa Pío XI decretó la restitución de la Compañía de Jesús en el mundo entero.
Fuente: aciprensa