San Ireneo fue Obispo de la ciudad francesa de Lyon, Padre de la Iglesia y recordado por haber escrito muchas obras que forjaron los cimientos de la teología cristiana y que confrontaron los errores y herejías provenientes del gnosticismo del siglo II.
Ireneo fue discípulo de San Policarpo, obispo de aquella ciudad, quien a su vez fue discípulo del Apóstol San Juan.
Su obra principal es llamada “Contra las Herejías” un escrito que consta de 5 volúmenes que refutan las enseñanzas de varios grupos gnósticos de los primeros siglos de la era cristiana.
El gnosticismo es una herejía muy antigua que plantea que la salvación del alma solamente se consigue con un conocimiento cuasi intuitivo de los misterios del universo y en unas fórmulas mágicas que ese conocimiento indica, lo que hoy comprendería parte del New Age.
San Ireneo nació en Asia Menor en la primera mitad del siglo II; su fecha de nacimiento es desconocido pero se dice que podría ser por el año 125.
Recibió una buena educación pues tenía profundos conocimientos de las Sagradas Escrituras, la literatura y la filosofía. Además, en varias ocasiones vio y escuchó al Obispo San Policarpo en Esmirna.
Durante la persecución de Marco Aurelio, Ireneo fue sacerdote de la Iglesia de Lyon. Tiempo más tarde sucedió al mártir San Potino como Obispo de la misma ciudad.
Durante la paz religiosa que siguió a la persecución de Marco Aurelio, el nuevo obispo dividió sus actividades entre los deberes de un pastor, misionero, y sus escritos, los cuales casi todos iban dirigidos contra el gnosticismo, la herejía que se propagaba entre los galias y otros lugares.
Se desconoce el año de su muerte. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado. Su fiesta se celebra el 28 de junio.
Fuente: aciprensa.com