Hoy, 22 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Papa peregrino, el Pontífice que viajó por el mundo entero llevando un mensaje de paz y reconciliación. Juan Pablo II, como heredero del Concilio Vaticano II, contribuyó enormemente a su asimilación desarrollando un nutrido y sólido magisterio. Puestos los pies en el suelo de la tradición de la Iglesia y el Evangelio, supo proyectarse al futuro llamando a una “Nueva Evangelización”. Fue también un defensor incansable de la vida y la familia: “el matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio”.
Karol Jósef Wojtyla, más conocido como San Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia) en 1920. Sus padres, católicos fervorosos, lo educaron en la calidez de la fe. Su juventud estuvo marcada por el ambiente desolador y trágico causado por la Segunda Guerra Mundial y la invasión nazi a Polonia. Aun así, pudo ingresar al seminario y llevar su formación de manera clandestina. Fue ordenado sacerdote en 1946 y en 1958 se convirtió en obispo auxiliar en la arquidiócesis de Cracovia. Al ser ordenado obispo Karol escogió como lema oficial la expresión latina “Totus Tuus” (todo tuyo), en honor a María Santísima y que mantuvo durante todo su pontificado. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, convirtiéndose en el segundo más joven de aquella época, con solo 47 años de edad.
Wojtyła participó activamente en las sesiones del Concilio Vaticano II. Fue muy importante su colaboración en las constituciones dogmáticas “Gaudium et Spes” y “Lumen Gentium”. En 1964 sería nombrado Arzobispo Metropolitano de Cracovia y posteriormente creado Cardenal por el ahora Papa San Pablo VI. Como Arzobispo fue un promotor de la pastoral para los sordomudos y ciegos, creó el “Instituto de familia” y el programa “S.O.S. Cardenal Wojtyla” para ayudar a mamás solteras en peligro de abortar.
A la muerte de Juan Pablo I en 1978, es elegido Sumo Pontífice, adoptando el nombre de “Juan Pablo II”, en honor a su predecesor. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 al interior de ese país. Su pontificado fue el segundo más largo de la historia: 26 años, 5 meses, y 18 días (9, 666 días), de 1978 a 2005. A Juan Pablo II se le reconoce como uno de los artífices de la caída de los regímenes comunistas totalitarios de la Europa Oriental. Ejerció, en ese sentido, un liderazgo decisivo en la consecución de la paz mundial y la liberación de los pueblos de las ideologías. También fue un crítico de los excesos del sistema capitalista y un defensor de la clase trabajadora.
Lamentablemente, el Papa Juan Pablo II fue víctima de la violencia: sufrió un atentado contra su vida el 13 de mayo de 1981 (día de la Virgen de Fátima), del que salió muy mal herido aunque logró sobrevivir providencialmente. Un gran ejemplo dio al mundo cuando, ya recuperado, visitó en la cárcel al hombre que le disparó, el ciudadano turco Mehmet Ali Ağca, concediéndole el perdón.
San Juan Pablo II siempre estuvo preocupado por los jóvenes. Fue él quien impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud, con las que congregó a millones de jóvenes de todo el mundo. También fue el inspirador y promotor de los Encuentros Mundiales de las Familias.
El Papa peregrino partió a la Casa del Padre el 2 de abril de 2005, a los 84 años de edad. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI en 2011 y canonizado en abril de 2014 por el Papa Francisco. En aquella ocasión, en la homilía de la ceremonia de canonización, Francisco señaló lo siguiente: “San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”.
Fuente: aciprensa.com