Redacción ACI Prensa
Cada 30 de julio la Iglesia Católica celebra a Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, religiosa mexicana fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús Sacramentado. Conocida por su dedicación a los que más sufren, se convirtió en la primera santa mexicana, al ser canonizada en el año 2000 por el Papa San Juan Pablo II -dos años antes que San Juan Diego-.
Donde todo empezó
María Natividad Venegas de la Torre nació en Zapotlanejo, Jalisco, el 8 de septiembre de 1868. Fue la hija número doce de un matrimonio católico; y fue en casa donde aprendió a amar a Jesús.
En noviembre de 1905 asistió, en Guadalajara, a una jornada de ejercicios espirituales, en la que aceptó dócilmente ser sierva del Señor. Ingresó luego a un instituto religioso que había sido creado recientemente: las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, fundado por el canónigo Atenógenes Silva para atender a enfermos abandonados y menesterosos.
Las Hijas del Sagrado Corazón Sacramentado
El 25 de enero de 1921 se realizaron las primeras elecciones canónicas de la congregación; en estas María Natividad resulta elegida superiora general. Su nuevo puesto de servicio despierta en ella una conciencia mayor del deber y de la fidelidad a Dios.
De 1926 a 1929, durante la persecución religiosa desatada en México, mantuvo con firmeza su vida espiritual y se abocó a fortalecer a sus hermanas. Fue un tiempo de muchos sacrificios, en los que la disciplina del instituto a ella confiado estaba en juego. Fueron también los años en los que redactó las constituciones de su congregación, aprobadas por el arzobispo de Guadalajara, Mons. Francisco Orozco y Jiménez.
El 8 de septiembre de 1930, fiesta de la Natividad de María, ella y las hermanas que perseveraron realizan sus votos perpetuos. Su nombre, Natividad, fue cambiado por el de “María de Jesús Sacramentado”.
Firmes en la fe, la esperanza y la caridad
Durante 33 años, hasta 1954 -año en que dejó la dirección de la congregación- fundó dieciséis casas para atender enfermos y ancianos desvalidos (hospicios). Tras ella había quedado un largo trecho, caminado de la mano del Señor. Él fue siempre su fuerza para prodigar los mejores cuidados -verdaderamente maternales- a los enfermos y a las religiosas puestas bajo su tutela.
Los últimos años de su vida, marcados por la enfermedad y la fragilidad, dio ejemplo de abnegación y entereza. Murió en Guadalajara el 30 de julio de 1959, a los 91 años de edad, en el hospital del Sagrado Corazón de Guadalajara, donde hoy se conservan sus restos.
¡Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, ruega por nosotros!
¡Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, intercede por todos los mexicanos!
Más información de la santa en el siguiente enlace:
Fuente: aciprensa.com