GALERÍA: CONGRESO DIOCESANO DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA EN EL ESPÍRITU SANTO

Agujita, Coah. “Quiero invitar a todos los miembros de la Diócesis de Piedras Negras, del Movimiento de Renovación Carismática, que nos unamos en la fe, para dar testimonio de que en Cristo somos uno”. Ese fue el mensaje final que el Padre Vicente Eliamar de la Diócesis de Saltillo, dejó a los más de 250 participantes del Congreso Diocesano de la Renovación Carismática Católica en el Espíritu Santo de la Diócesis de Piedras Negras, en un gran ambiente de gozo y fe.

 

El centro social de Agujita, fue el escenario elegido para que, el domingo 10 de marzo, a las 9:00 a.m. se llevara a cabo el Congreso que recibió a los hermanos carismáticos procedentes de Sabinas, Rosita, Palaú, Agujita, Acuña y Piedras Negras quienes se congregaron en un mismo espíritu, y con un solo deseo, rendir Honor al Rey de Reyes.

 

En esta ocasión se contó con la predicación del Padre Vicente Eliamar, quien de manera clara y sencilla hizo reflexionar a los asistentes sobre su papel como servidores de la RCCES haciendo Iglesia. El Señor llenó los corazones de los presentes, quienes atentos escuchaban y participaban de los temas compartidos.

 

-“Por ver si puedo alcanzarlos, como Cristo me alcanzó a mi” Fil 3.12.

 

-4 Medios fundamentales.

 

-“Ustedes forman el Cuerpo de Cristo” 1 Cor 12,27.

 

Incluso en el tema “4 Medios Fundamentales”, el Padre Vicente habló de la Identidad de la Renovación y abrió un espacio para preguntas y respuestas, haciendo el Congreso más interactivo y dinámico.

 

La Santa Eucaristía fue presidida por el asesor del movimiento, el padre Romeo Sánchez.

 

La asamblea de Oración fue dirigida por los hermanos en Cristo, Doris Nieves y Salvador Hernández, de la comunidad de Acuña.

 

El Ministerio Veni Creator de la comunidad de Piedras Negras, estuvo a cargo de la alabanza durante todo el congreso y acompañando en la Hora Santa, al Padre Vicente, lograron llenar los corazones de gozo y recogimiento.

 

En punto de las 5 de la tarde, todos los miembros de la Renovación emprendieron el regreso a sus ciudades, con un gozo pleno en el corazón, llenos del amor de Dios, con una fe renovada y enraizada en Cristo, dispuestos a trabajar en las comunidades, en la iglesia, en la diócesis, a semejanza de María, nuestra Madre, esposa fidelísima del Espíritu Santo, quien en todo momento intercedió por sus hijos y por los frutos de este congreso.