Papa Francisco. Foto: ACI Prensa. Marie Rivier. Crédito: Soeurs de la Presentation de Marie
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
El Papa Francisco alentó a imitar el ejemplo de Marie Rivier en la apertura “de la mente de los más pequeños a las cosas de Dios, en la preocupación por el prójimo y en la admiración por la creación”.
Así lo dijo el Santo Padre este 14 de mayo en la vigilia de la canonización de la Beata Maria Rivier, que será proclamada santa el domingo 15 de mayo junto a Charles de Foucauld y otros 8 beatos, al recibir a una delegación de la Diócesis de Viviers (Francia), su tierra natal.
Tras destacar las tres claves de la espiritualidad de Charles de Foucauld “Evangelio, Eucaristía y Evangelización”, el Papa Francisco subrayó el modelo de Marie Rivier.
Marie Rivier se dedicó a la educación de los niños y fundó la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María.
“Les deseo que abran la mente de los más pequeños a las cosas de Dios, a la preocupación por el prójimo y a la admiración por la creación”, dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre señaló “¡qué importante es esto! Espero que siga habiendo muchas mujeres de esta talla, humildes y valientes para dar a conocer el amor de Dios a los pequeños que solo piden aprender” y añadió que “este deseo está arraigado en la Esperanza que no defrauda”.
“Se lo confío a la Virgen María, Madre de esta Congregación ahora extendida por todo el mundo y que sigue dedicándose incansablemente a los niños, los jóvenes y los excluidos” afirmó el Papa quien rezó para que al dejar Roma tengan “un amor más grande por la Iglesia”.
Luego, el Papa Francisco se refirió a la ceremonia de Canonización del domingo 15 de mayo que “dará una imagen de la universalidad de la Iglesia y de sus múltiples rostros, todos ellos dirigidos hacia el único Salvador”.
“Los encomiendo a todos a la intercesión especial de ‘sus’ futuros santos, Marie Rivier y Charles de Foucauld. Que siempre sean un estímulo y una inspiración para ustedes. De corazón los bendigo y, a través de ustedes, a todos los fieles de su diócesis. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí”, concluyó el Papa.
Breves datos biográficos
Anne Marie Rivier nació el 19 de diciembre de 1768 en Montpezat-sous-Bauzon (Francia). Cuando tenía solo 16 meses de nacida sufrió un accidente: se cayó de su cama y se rompió la cadera.
Este accidente le causó graves problemas de salud y le hizo sufrir un calvario durante su infancia, al punto que tenía que arrastrarse con sus manos para movilizarse. Sin embargo, esta experiencia también la llevó a descubrir su vocación religiosa años más tarde.
En 1774, la pequeña Marie Rivier logró ponerse de pie con la ayuda de unas muletas, pero sufrió otra caída que le impidió volver a incorporarse por dos años más. Luego, en 1777, a los 8 años, su determinación y confianza en Dios la llevaron a recuperarse completamente.
Tras superar esta difícil situación, y haber descubierto en medio del sufrimiento su llamado a la vida religiosa, Rivier pidió ser admitida en la Congregación de las Hermanas de Notre Dame de Pradelles; sin embargo, fue rechazada debido a su “no apta” condición de salud.
En 1786, con tan solo 18 años, obtuvo el permiso de abrir una escuela y dedicarse a la visita y cuidado de los enfermos y los pobres. La joven Marie se hizo terciaria dominica y franciscana, y abrió un salón para capacitar laboralmente a jóvenes desempleadas de la parroquia.
En 1789, cuando estalló la Revolución Francesa, se trasladó a Thueyts (Francia), donde reunió a algunas mujeres jóvenes. Pese a que los revolucionarios cerraron las órdenes religiosas en el país, el 21 de noviembre de 1796, fiesta de la Presentación de María en el Templo, nació la pequeña comunidad de Rivier.
En 1801 su comunidad religiosa recibió la aprobación diocesana y la congregación se expandió por el mundo. En total, la religiosa llegó a fundar 141 casas y recibió más de 350 hermanas para continuar su misión.
La Beata Marie Rivier falleció el 3 de febrero de 1838 en Bourg-Saint-Andéol (Francia).
Fuente: aciprensa.com