Este sábado el Papa Francisco recibió en una audiencia a 120 religiosas benedictinas para alentarlas a que continúen sirviendo a la Iglesia como lo vienen haciendo y les recordó que ellas son íconos de la Iglesia y de la Virgen María.
A las 11.10 a.m. (hora local) el Santo Padre las recibió en la Sala del Consistoro del Palacio Apostólico para su participación en el Simposio Internacional de las Benedictinas.
En su discurso, el Papa les dijo que siempre las acompaña con sus oraciones, y también les agradeció por “traer un regalo precioso a la vida de la Iglesia a través de su testimonio femenino de bondad, fe y generosidad, imitando a la Santa Madre de la Iglesia, la Virgen María”.
“Ustedes son iconos de la Iglesia y de nuestra Santísima Madre: no se olviden de esto. Iconos. Quien te ve, ve a la Iglesia como Madre y María como Madre de Cristo”, afirmó.
Al inicio de su mensaje, el Obispo de Roma dijo que este simposio es “una buena ocasión” para que las benedictinas en todo el mundo “experimenten juntas un período de oración para reflexionar sobre las diversas formas en que el espíritu de San Benito, después de mil quinientos años, continúa siendo vibrante y fructífero hoy”.
Además, el Papa quiso que, con este encuentro, puedan hallar nuevas formas de avanzar en su trabajo de acogida y evangelización de los necesitados en sus diversos monasterios.
“El lema Ora et Labora coloca la oración en el centro de sus vidas. La celebración diaria de la Santa Misa y la Liturgia de las Horas las coloca en el corazón de la vida de la Iglesia”, resaltó el Santo Padre.
Asimismo, explicó que “todos los días, su oración enriquece, como una manera de hablar, la ‘respiración’ de la Iglesia”.
“Es una oración de alabanza para expresar la voz de toda la humanidad y toda la creación. Es una oración de acción de gracias por las innumerables y continuas bendiciones del Señor. Es una oración de súplica por los sufrimientos y las ansiedades de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, especialmente los pobres. Es una oración de intercesión para aquellos que soportan la injusticia, las guerras y la violencia, y que violan su dignidad”, agregó.
En ese sentido, aseguró que el valor de su oración era “incalculable” y “un regalo muy valioso” para la Iglesia.
Por otro lado, el Papa les agradeció por el cuidado especial que muestran hacia el medioambiente y sus esfuerzos por proteger lo que proviene de la tierra, “para que puedan ser compartidos por todos”
Finalmente, les dijo que sus vidas son “testigo de la importancia del amor y el respeto mutuos”.
“Todos somos hijos de Dios y su oración, su trabajo, su hospitalidad, su generosidad, todo se combina para revelar una comunión en la diversidad que expresa la esperanza de Dios para nuestro mundo: una unidad hecha de paz, de acogida mutua y de amor fraterno”, concluyó.
Fuente: aciprensa.com