El Papa Francisco pide no olvidar a los cristianos de la “amada y martirizada Siria”

POR ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa

Este lunes 20 de junio, el Papa Francisco recibió en audiencia a los Obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica melquita, ante quienes mostró su preocupación por los cristianos perseguidos en Siria.

Durante su discurso, el Papa habló de “la querida y martirizada Siria” y apuntó que “los dramas de los últimos meses, que tristemente nos obligan a volver la mirada hacia el este de Europa, no deben hacernos olvidar lo que ocurre desde hace doce años en su tierra”.

El Papa recordó también la vigilia de oración por la paz en Siria que se celebró en el Vaticano en 2013, el primer año de su pontificado y lamentó los “miles de muertos y heridos, millones de refugiados dentro y fuera del país, la imposibilidad de iniciar la necesaria reconstrucción”.

“En más de una ocasión me encontré y escuché la historia de algún joven sirio que había llegado aquí, y me impresionó el drama que llevaba dentro, por lo que había vivido y visto, pero también por su mirada, casi agotada de esperanza, incapaz de soñar con un futuro para su tierra”, aseguró. 

Además, el Santo Padre defendió que “no podemos permitir que ni siquiera la última chispa de esperanza se aleje de los ojos y los corazones de los jóvenes y las familias”. 

“Por ello -continuó el Pontífice-, renuevo mi llamamiento a todos los que tienen responsabilidades, dentro del país y en la comunidad internacional, para que se encuentre una solución justa y equitativa al drama de Siria”.

A continuación, el Papa invitó a los obispos “a vivir la comunión de oración e intención entre vosotros y con el Patriarca, entre los Obispos y los sacerdotes y diáconos, con los religiosos y religiosas, y con los fieles laicos, formando todos juntos el Santo Pueblo de Dios”.  

El Papa Francisco aseguró estar preocupado por la supervivencia de los cristianos de Oriente Medio y señaló que estos obispos se enfrentan ante “un reto eclesial pero también cultural y social, no exento de dificultades y obstáculos”. 

“Al mismo tiempo -explicó el Santo Padre-, es también una gran oportunidad: la de permanecer arraigados en vuestras propias tradiciones y orígenes, al tiempo que os abrís a la escucha de los tiempos y lugares en los que estáis dispersos, para responder a lo que el Señor pide hoy a vuestra Iglesia”.  

“Dentro del Sínodo, os animo a ejercer vuestras competencias con sabiduría: sé que en algunas Iglesias orientales se está reflexionando sobre el papel y la presencia de los obispos eméritos, sobre todo de los mayores de ochenta años, que son un número considerable en algunos Sínodos”, explicó a continuación.

“Os exhorto -y os agradezco vuestro empeño en ello- a hacer resplandecer el rostro de la Iglesia, que Cristo compró con su Sangre, apartando las divisiones y las murmuraciones, que no hacen más que escandalizar a los pequeños y dispersar el rebaño que se os ha confiado”, dijo el Papa. 

El Papa Francisco reiteró su advertencia sobre los rumores y pidió que “si uno tiene algo que decir a otro, dígaselo a la cara, con caridad, pero a la cara. Como los hombres. Puede decírselo a la cara, puede decírselo a la cara frente a los demás: corrección fraterna”.

“Os bendigo de corazón a cada uno de vosotros y a vuestro trabajo sinodal. Que la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia, os acompañe. Y les pido la caridad de rezar por mí. Lo necesito”, concluyó el Papa Francisco.

Fuente: aciprensa.com