Durante la Audiencia General de este miércoles 29 de agosto, el Papa Francisco
denunció la “moda” del divorcio, y alentó el ideal de la unidad familiar.
En su catequesis, el Santo Padre hizo balance de su viaje a Dublín con motivo del Encuentro Mundial de las Familias y señaló que “fue una experiencia profética, reconfortante, de tantas familias comprometidas con el camino evangélico del matrimonio y de la vida familiar”.
“Familias discípulas y misionera, fermento de bondad, de santidad, de justicia y de paz. Olvidamos a tantas familias, ¡a tantas!, que llevan adelante a sus familias, a los hijos, con fidelidad, pidiéndose perdón cuando surgen los problemas”.
En este sentido, señaló que “olvidamos por qué hoy está de moda en las revistas, en los periódicos, hablar de este modo: ‘Este se ha divorciado de esta… Aquella de aquel otro… Y la separación…’. Pero, por favor: esto es algo horrible”.
“Es cierto: yo respeto a todos, debemos respetar a la gente, pero el ideal no es el divorcio, el ideal no es la separación, el ideal no es la destrucción de la familia. El ideal es la familia unida”.
Asimismo, antes de cerrar la Audiencia, el Pontífice tuvo un recuerdo especial para las familias que padecen problemas y atraviesan dificultades, y pidió rezar por ellas.
En el saludo a los peregrinos de lengua árabe presentes en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre explicó que “las dificultades y los problemas que las familias atraviesan no pueden minar la importancia de la institución familiar para la sociedad y para la humanidad, o someter a discusión la necesidad humana fundamental del amor duradero que nos salva del aislamiento de la soledad y del engaño de la cultura de lo momentáneo”.
“Recemos por todas las familias que se encuentran en dificultad para redescubrir la grandeza del amor que ha unido y la fuerza de la fe capaz de sanar sus heridas”, fueron las palabras del Pontífice.
El Papa dedicó la catequesis de la Audiencia General a hacer balance de su reciente viaje a Dublín para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.
En sus palabras, Francisco agradeció la acogida de las autoridades y familias irlandesas y recordó el dolor por los casos de abusos sexuales.
“Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría, tenía que hacerse cargo del dolor y de la amargura por los sufrimientos causados en el país por los varios tipos de abuso, también por parte de miembros de la Iglesia, y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hayan sabido afrontar de manera adecuada estos crímenes”, señaló.
Fuente: aciprensa.com