El Papa Francisco advirtió del peligro de “perder la conciencia del pecado” que lleva al cristiano a no encontrar la necesidad de confesarse.
El Pontífice, en su homilía pronunciada durante la Misa celebrada este miércoles 17 de enero en la Casa Santa Marta, comentó el fragmento del Evangelio de San Marcos en el que se narra cómo Jesús sana a un paralítico en Cafarnaúm, donde Jesús predicaba a una multitud, después de que los amigos del enfermo lo descendieran en camilla por un agujero realizado en el techo de la casa al ser imposible acceder a ella por la puerta bloqueada por la gente.
Francisco quiso destacar como, ante la intriga de la gente por ver a Jesús obrar el milagro de la curación, Él sorprende al sanar al enfermo de otro modo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Sólo después curará al paralítico.
Jesús “mira al paralítico y dice: ‘Tus pecados son perdonados’. La curación física es un regalo, la salud física es un don que debemos proteger. Pero el Señor nos enseña que también debemos custodiar la salud del corazón, la salud espiritual”.
El Papa señaló que “Jesús va a lo esencial” y eso causa escándalo. “Cuando Jesús va a lo esencial, se escandalizan, porque ahí está la profecía, ahí está la fuerza”.
“Lo esencial es la relación con Dios. Y muchas veces nos olvidamos de ello, como si tuviéramos miedo de ir precisamente allí donde se produce el encuentro con el Señor, con Dios”.
“Jesús dice una palabra que nos puede ayudar: ‘Hijo, tus pecados te son personados’. ¿Estamos acostumbrados a pensar en esta medicina del perdón de nuestros pecados, de nuestros errores? Nos preguntamos: ‘¿Debo pedir perdón a Dios de algo?’. ‘Sí, sí, en general todos somos pecadores’, y así la cosa se estanca y pierde fuerza, esa fuerza de profecía que Jesús tiene cuando va a lo esencial. Y hoy Jesús, a cada uno de nosotros, dice: ‘Yo quiero perdonarte los pecados”.
El Papa Francisco concluyó: “Lo esencial es la salud, en su conjunto: la del cuerpo y la del alma. Protegemos bien la del cuerpo, pero también hay que custodiar la del alma. Acudamos a ese Médico que puede curarnos, que puede perdonar los pecados. Jesús vino para ello y ha dado la vida por ello”.
Fuente: aciprensa.com