VATICANO, 13/Sep/16.- El Papa Francisco, en la homilía que pronunció en la Misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta, pidió promover la cultura del encuentro y no ser indiferentes a los sufrimientos del prójimo.
El Papa señaló que a menudo ha observado cómo “las personas se cruzan en la calle, pero no se encuentran”. Cada uno “piensa en sí, ve pero no observa, siente pero no escucha”.
“Estamos habituados a una cultura de la indiferencia y debemos trabajar y pedir la gracia de hacer una cultura del encuentro, de este encuentro fecundo, de este encuentro que restituya a cada persona la propia dignidad de hijo de Dios, la dignidad del viviente”.
El Pontífice explicó que “estamos habituados a esta indiferencia, cuando vemos las calamidades de este mundo o las pequeñas cosas: ‘Pecado, pobre gente, cuánto sufren’, y seguir como si nada”.
Francisco manifestó que es importante “mirar” y no solo “ver”: “Si yo no me detengo, si yo no miro, si yo no toco, si yo no hablo, no puedo tener un encuentro y no puedo ayudar a hacer una cultura del encuentro”.
El mensaje de hoy “es el encuentro de Jesús con su pueblo” y que “todos estamos necesitados de la Palabra de Jesús”, dijo en la homilía.
“En la mesa del comedor, en la familia, cuántas veces se come, se ve la TV o se escriben mensajes en el celular. Cada uno es indiferente a ese encuentro. Tampoco en el núcleo de la sociedad, que es la familia, hay encuentro”.
Francisco pidió “que esto nos ayude a trabajar por esta cultura del encuentro, así sencillamente como lo ha hecho Jesús”. “No solo ver: mirar. No solo sentir: escuchar. No solo cruzarse por la calle con alguien: pararse. No solo decir ‘pecado, pobre gente’, sino compadecer al otro. Y después acercarse, tocar y decir en el lenguaje que a cada uno le venga en ese momento, el lenguaje del corazón: ‘No llores’, y dar al menos una gota de vida”.
Todo esto lo dijo al hablar del encuentro de Dios con su pueblo y comentar el Evangelio en el que Jesús resucita un muerto. “El encuentro es otra cosa, es eso que el Evangelio hoy nos anuncia: un encuentro, un encuentro entre un hombre y una mujer, entre un hijo único vivo y un hijo único muerto; entre una muchedumbre feliz, porque había encontrado a Jesús y lo seguía, y un grupo de gente, lloraba, acompañaba a aquella mujer, que salía de una puerta de la ciudad; encuentro entre esa puerta para salir y la puerta de entrada. Un encuentro que nos hace reflexionar sobre el modo de encontrarnos nosotros”.
Francisco indicó además que siempre se ve “la fecundidad de un encuentro”. “Cada encuentro es fecundo. Cada encuentro restituye las personas y las cosas a su lugar”.
Evangelio comentado por el Papa:
Lucas 7:11-17
11 Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre.
12 Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad.
13 Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores.»
14 Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.»
15 El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre.
16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
17 Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.