
Crónica de reunión Tex Mex en San Antonio
Del 26 al 28 de febrero del 2025 nos reunimos en San Antonio, Texas, 21 obispos católicos de las diócesis de la frontera sur americana, y norte de México, en la única reunión regional entre fronteras que lleva 40 años de llevarse a cabo. También acudió la hermana Teresa Maya, representante de las religiosas de esa Arquidiócesis, además de sacerdotes y laicos, directores de refugios para inmigrantes y refugiados de EEUU, y de casas de migrantes en México. Asistieron los dos obispos encargados de Movilidad humana de ambas Conferencias Episcopales.
El Papa Francisco estuvo muy presente en nuestro encuentro, donde pedimos a Dios por su salud y resaltamos su invaluable y profético legado. Participó con una conferencia Tatiana Clouthier, coordinadora del Instituto para los Mexicanos en el Extranjero, y la maestra Cecilia Romero Castillo, para brindarnos el panorama desde el punto de vista del gobierno mexicano, y desde el político – académico, respectivamente. Y el tercer exponente, fue Mons. Mark Seitz, obispo Del Paso, Tx. Especialista, y referente por su lucha por la defensa de la dignidad humana en el tema migratorio.
Al empezar la reunión se habló de situaciones que se han detectado con los migrantes, especialmente en los EEUU: algunos se han suicidado o han intentado hacerlo, otros no están yendo a trabajar por temor. Esto además del problema de salud mental que están atravesando por la psicosis o desquiciamiento (sic), por el miedo a ser deportados, por la preocupación de qué les pasará a sus hijos, en primer lugar; luego a su patrimonio, su casa, pagada con muchos años de sacrificio; y además, porque saben que si se resisten a ser retornados, quedarán marcados y será más difícil regresar. Los obispos americanos nos han pedido, decirle a nuestro gobierno que tenga el valor suficiente para enfrentar los actuales embates y desafíos en esta materia. Han dicho que México tiene mayor fuerza que otros países de América Latina, para negociar con los EE.UU; que no hay suficiente mano de obra; que han denunciado por décadas que este país tiene un sistema migratorio roto que no responde a la realidad, y que es signo de una humanidad fracturada. Los hermanos migrantes siguen entrando a los EE.UU, en menor cantidad ciertamente, pero ahora a más alto costo, con más peligro y riesgo de muerte.
Estamos viviendo un tiempo que jamás se había vivido en la historia de los EE.UU, han dicho. Y dos palabras que se están propagando, referidas al migrante sin documentos: ilegal y criminal.No nos cansaremos como Iglesia de hablar y defender la dignidad humana, hemos reiterado todos los presentes. Nuestra tarea no es confrontar, pelear contra esas fuerzas que los agreden, que crean narrativas de desprestigio hacia los migrantes. Nuestro trabajo es acompañar a los migrantes y refugiados, y tratarlos como los seres humanos que son. (Nos atacarán y amenazarán como Iglesia, y quizá nos demandarán, pero habremos de correr el riesgo y enfrentarlo). Debemos, por otro lado, cambiar la narrativa y decir personas en retorno, no deportados. Serás una persona sin documentos, sí, pero no ilegal, ni criminal. Los migrantes están experimentando sentimientos de rechazo, inferioridad y racismo, por lo que la Iglesia debe promover sentimientos de pertenencia, de inclusión, de integración a la tierra que los recibe, para tener paz, y salud mental y espiritual. Es importante que la Iglesia contrarreste la fuerza negativa de estas narrativas contra ellos. Y promueva otras más positivas, que valoren, defiendan, exalten y promuevan su dignidad de un día para otro los que habían entrado legalmente, vía solicitud de refugio, asilo, CBPONE, TPS, u otro programa americano, se convirtieron en ilegales y criminales. Estos centros de apoyo a migrantes y refugiados en EEUU, como el Centro Madre Teresa de Calcuta, habrán de buscar como en México, nuevas estrategias y alternativas de financiamiento para seguir ayudando, ya que los subsidios o apoyos del gobierno americano vía USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional), entre otros, han sido eliminados. Con lo que la mayoría de los servidores han perdido su trabajo. La ayuda que se brinda, no es solo de alimentos y techo, sino que también se les da escuela a los niños; clases de inglés, capacitación en oficios y trabajos a mujeres y hombres; asesoría legal, psicológica, médica y espiritual.
Es urgente proclamar un mensaje de igualdad, de fraternidad, de misericordia, de encuentro y de paz, que trascienda nuestras diferencias. Y no quedarnos en palabras, sino actuar ahora. Todos, los migrantes en particular, deben saber y sentir que la Iglesia está con ellos para afrontar esta difícil encrucijada. El próximo 24 de marzo en El Paso, Texas, con la participación del Cardenal Fabio Baggio y obispos de Canadá, México y Estados Unidos, participarán en una Vigilia y en una Marcha en solidaridad con los migrantes. Este evento busca enviar un mensaje de unidad y esperanza a quienes enfrentan condiciones adversas en su tránsito por la región.Nos faltarán aportaciones y recursos, pero no dejaremos de ofrecer el servicio a nuestros hermanos. Hoy, de los cuatro verbos propuesto por el Papa Francisco: acoger, defender, integrar y promover, el segundo, defenderlos, se ha vuelto el más importante.
Tenemos que alzar la voz defendiendo a los migrantes y refugiados, porque con nuestro silencio consentimos el maltrato, agresión y degradación que hacen de ellos, pisoteando la dignidad de la persona humana, hoy la de ellos, mañana, la nuestra.
En agosto, Dios mediante, los obispos y agentes de pastoral, volveremos a reunirnos, esta vez, en Piedras Negras, para dar continuidad a estos grandes esfuerzos y fortalecer la cooperación entre las diócesis hermanas de ambos países.
+ Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola