Cristo, migrante e indocumentado.

En una reunión esta mañana en la Casa de la Cristiandad, a la orilla del Río Bravo, en Piedras Negras, me platicaron una historia, que ahora les comparto: Vista desde los aires, una persona ahogada con los brazos abiertos, flotaba boca abajo sobre las aguas del Río Bravo, ante lo cual, los agentes de la patrulla fronteriza americana llamaron a la guardia naval, avisándoles del hallazgo, para que procedieran a rescatar el cuerpo, por lo que sin mucha demora, subieron a su patrulla acuática y se acercaron a las coordenadas indicadas.

Ayudados por el resplandeciente sol del mediodía, pronto avistaron el cuerpo, y se aproximaron lentamente para voltearlo. Uno de los oficiales, se inclinó lo más que pudo para jalarlo del brazo, quedando pasmado y conmovido, al contemplar, que se trataba de Cristo, de una imagen del Cristo crucificado que flotaba, sin cruz en la espalda; inmediatamente se acercó el otro oficial, y al ver la imagen emergiendo del agua no pudo contener sus lágrimas; como pudieron lo subieron a la lancha y lo transportaron al centro de inmigración, y como un migrante más, sin papeles, quedó ahí de pie, recargado en la puerta de la oficina de Detención y Deportación de E.U., a la espera de que alguien lo reclamara, y al no suceder esto en un plazo de 90 días, como lo marca la ley, fue cedida a una de las muchas Iglesias católicas que lo solicitaban, no sin antes, ser venerada por cientos de fieles que tras conocer del hallazgo, pidieron se les permitiera ver el milagro.

Las autoridades no pudieron hacer otra cosa que, como si fuera una capilla, permitir el acceso algunas noches y fines de semana, para que la gente lo pudiera contemplar o tocar. La imagen fue finalmente trasladada a la Iglesia de nuestra Señora del Refugio, en Eagle Pass, Texas, el único sitio de la zona donde cotidianamente se alberga y da refugio a los indocumentados. Hasta la fecha las investigaciones no han podido determinar, si el Cristo venía de México, Centroamérica o de algún País hermano sudamericano, pero, lo que sí es un hecho, es que pronto lo visitaremos, ¿nos acompañas? El hecho sucedió en septiembre del 2004.

Alfonso G. Miranda Guardiola 11 de enero de 2025.