Septiembre 26.

 

Día 5  Al acto de la consagración se le llama de diversas maneras,  pero lo  importante es que Dios quiere nuestra vida: TODA NUESTRA VIDA. El noventa y cinco por ciento no es suficiente.  Hay tres obstáculos que bloquean nuestra entrega total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión.  No nos damos cuenta de cuánto nos ama Dios, queremos controlar nuestra propia vida y malinterpretamos lo que significa la entrega, la consagración; ello nos lleva a preocuparnos por vencer todos los obstáculos que se presentan en el camino.

   

 

Palabras del Papa Francisco:

 

“El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual.”