Buenos días Señor, al iniciar este día busco este momento de silencio, de paz para encontrarme contigo. Cuánta falta hacen estos momentos para sosegar el alma, para detenidamente ir revisando la vida, lo que se ha ido, lo que está y lo que se ve venir. Gracias Señor por tu constante compañía, por nunca dejarme solo a pesar de que algunas veces me has llevado por caminos que hubiera preferido no andar, situaciones que hubiera preferido no vivir, pero tu eres el maestro y sabes por qué lo haces, además de todo me dejas una enseñanza, incluso de las cosas tristes sacas cosas buenas. Gracias Señor por que este momento de dialogo contigo, de oración me ayuda a encontrar paz, que diferente se ve la vida asi, desde tu perspectiva, desde de tu óptica. Es que estando contigo Señor las montañas ya no son tan altas, los valles no son tan profundos, ni las penas tan amargas, contigo Señor la vida es diferente. Gracias Señor por este día, dame la gracia de saber escucharte, de dejarme conducir por ti, por tus enseñanzas, y que en todo momento me empeñe por obedecerte a Ti Señor y no al hombre, y pueda asi a lo largo del día dar testimonio de lo que he visto y escuchado. ¡Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe! Aleluya. (Pbro. Tavo).