TODO TIENE UN PORQUÉ Y UN PARA QUÉ.
Un hombre inspirado dice “no hay cielo sin nubes” Uno enamorado asegura que “no hay yo sin ti”. Uno con fe afirma que no hay oración sin respuesta”. Uno consciente asevera que “no hay vida sin Dios” Uno fraterno declara que “no hay corazón sin amor”. En realidad todos tenemos algo porqué y para quien existir.