El documento de trabajo del sínodo constata que la Iglesia necesita usar un nuevo lenguaje que despierte la atención de las familias y que dialogue con la cultura contemporánea. Pero, ¿en qué consiste ese nuevo lenguaje? Se lo hemos preguntado a obipos de diferentes nacionalidades y culturas.
MONS. ANTHONY FALLAH BORWAH
Obispo de Gbarnga (Liberia)
“El nuevo lenguaje trata de hablar al nivel de la gente de nuestra época. Por ejemplo, si queremos hablar a la gente joven, debemos hablar el lenguaje de Facebook o de Whatsapp, un lenguaje más simple que puedan seguir. Pero el mensaje sigue siendo el mismo, el mensaje antiguo de hace dos mil años pero transmitido en el lenguaje de la gente moderna de modo que puedan entender lo que la Iglesia dice”.
CARD. DANIEL STURLA
Cardenal Arzobispo de Montevideo (Uruguay)
“Un lenguaje que esté cercano a la gente. Si no, podemos hacer un bello documento eclesial, pero que no toque el corazón de las personas. En ese sentido es un maestro el papa Francisco, porque el Papa habla un lenguaje que la gente entiende”.
MONS. PETER KANG U-IL
Presidente de la Conferencia Episcopal Coreana
“Sí, es muy necesaria la inspiración en este momento, porque para llegar a los que están sufriendo necesitamos una perspectiva, nuevos puntos de vista y una nueva lengua”.
MONS. JEAN-LUC BRUNIN
Obispo de Le Havre (Francia)
“Necesitamos un lenguaje más sencillo, más accesible. Ese lenguaje es una cuestión de actitud y de nuevas prácticas de la Iglesia para las familias”.
MONS. SELVISTER PONNUMUTHAN
Obispo de Punalur (Kerala, India)
“En mi opinión la nueva lengua es el el amor, la lengua de la calidez y del amor. Y a veces no es fácil”.
Los obispos coinciden en que hace falta un lenguaje basado en la misericordia. Y es que ponerse a la altura de los demás y hacerse cargo de sus dificultades es el primer desafío para ayudar mejor a las familias.