LUIS ARTEMIO FLORES CALZADA* (Desde Filadelfia) | La visita del papa Francisco a los Estados Unidos en el marco de VIII Encuentro Mundial de las Familias, es un acontecimiento histórico. Se ha preparado su visita con mucho entusiasmo y es evidente que su estancia ha llenado de mucha alegría no sólo a los cristianos Católicos, sino también a aquellos de otras denominaciones e incluso a no creyentes y gente de los más diversos sectores.
Francisco es un papa cercano, sencillo y alegre que ha cautivado a todos por la sencillez y por la sabiduría de sus mensajes dirigidos a todos los sectores de la sociedad: al presidente Barak Obama; a los obispos norteamericano a quienes ha llamado a ser verdaderos pastores; a sacerdotes y religiosos, para unir contemplación y trabajo; a los niños y a los sin techo, para que no dejen de soñar; a los miembros de congreso. A estos últimos les recordó que están “llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda exigente del bien común”.
También conmovió a los integrantes de las Naciones Unidas, y los urgió a cuidar el medio ambiente, a luchar contra los fenómenos destructivos como son la guerra, la explotación sexual de niños, el terrorismo y el crimen organizado. A los representantes de los líderes mundiales les pidió buscar un desarrollo integral para escapar de la pobreza extrema, garantizar el derecho primario de la familia a educar y promover la defensa de la vida en todas sus etapas.
La visita del Papa ha traído muchas alegrías y muchas esperanzas en todos los habitantes de los Estados Unidos, los medios de comunicación han tenido una gran cobertura y la gente se ha abarrotado en las calles para verlo pasar, como también lo ha hecho en los diversos encuentros que ha sostenido; por ejemplo, durante la canonización de fray Junípero Serra, quien supo salir para testimoniarla ternura de Dios y la defensa de la comunidad nativa. En pocas palabras, el Papa anuncia el Evangelio con su testimonio y es un Evangelio que transforma la vida en una realidad más digna, justa, solidaria y fraterna para todos.
*Obispo de Tepic, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Comunicación de los Obispos mexicanos.
