Buenos días Señor, gracias por este nuevo día, lo pongo en tus manos. Como todos los días, me imagino que hoy habrá de todo un poco, momentos de paz, momentos de estrés, encuentros agradables, otros no tanto, momentos tranquilos, momentos exigentes, solo una cosa te pido, que me des la capacidad para vivirlos todos en paz, sin perder la calma y con alegría. Dame sabiduría, prudencia y las palabras y dones necesarios, para que en todo momento muestren mi pertenencia a Cristo. ¡Señor, dame la gracia de empuñar con firmeza el arado y jamás echar la vista atrás! Amén. (Pbro.Tavo).