ORACIÓN DE LA MAÑANA

Buenos días Señor, al iniciar este día soy invitado a meditar, a revisar dónde está mi corazón, en qué consiste mi felicidad. Dame la gracia de tener un corazón pobre, despegado de las cosas del mundo, que sepa utilizarlas tanto cuanto me ayuden a llegar a la meta definitiva, el cielo. Todo pasa Señor, solo tú permaneces para siempre, limpia mi corazón, vacíalo de todo tipo de superficialidad e indiferencia. Que sepa aprovechar este día para llenar mi corazón de ti, de tu amor, a través de la escucha de tu palabra, de mi manera de tratar a los demás, de servir, de comprender, de perdonar, de ayudar. Pobreza de corazón y riqueza de espíritu, con los ojos puesto en lo alto y el corazón siempre abierto para servir y amar a mis hermanos. Señor dame un corazón manso y humilde como el tuyo, Amén. (Pbro. Tavo).