Hemos sido elegidos, soñados y perdonados por Dios, afirma el Papa

VATICANO, 13 Oct. 16.- El consuelo de sentirse elegidos, soñados y perdonados por Dios centró la homilía del Papa Francisco en Santa Marta.

 

Francisco planteó la siguiente situación: “Pensemos en unos padres que esperan un hijo y se preguntan: ‘¿Cómo será?’. ‘¿Cómo será su sonrisa?’. ‘¿Cómo hablará?’. Así, me atrevo a decir que nosotros, que cada uno de nosotros, ha sido soñado por el Padre al igual que un padre y una madre esperan en sus sueños a su hijo”.

 

“Esto te da una confianza enorme”, afirmó. “El Padre te ha elegido a ti, no a una masa de gente, no: ¡a ti! Ese es el fundamento, es la base de nuestra relación con Dios. Hablamos a un Padre que te quiere bien, que te ha elegido, que te ha dado un nombre”.

 

El cristiano, continuó el Obispo de Roma, “ha sido elegido, ha sido soñado por Dios”. Y cuando vivimos de acuerdo a esa realidad, “sentimos en el corazón un gran consuelo”, no nos sentimos abandonados. “Un hombre o una mujer que no se siente perdonado no es plenamente cristiano”.

 

Francisco recordó que “todos nosotros hemos sido perdonados con el precio de la sangre de Cristo. Pero, ¿de qué cosa he sido perdonado? Haz un poco de memoria y recuerda las cosas malas que has hecho, no las que ha hecho tu amigo, tu vecino, tu vecina… Las tuyas. ‘¿Qué cosas malas he hecho en la vida?’. El Señor ha perdonado esas cosas. Por lo tanto, soy bendecido por Dios, soy cristiano. Es decir, en primer lugar, Dios me ha elegido, me ha soñado, tengo un nombre que Dios me ha dado, Dios me ama. En segundo lugar: Dios me ha perdonado”.

 

Por otro lado, afirmó que el cristiano no puede ser una persona inactiva. “No se puede entender un cristiano que se detiene. El cristiano siempre debe ir delante, debe caminar. El cristiano paralizado es aquel hombre que ha recibido un talento y que, por miedo a la vida, por miedo a perderlo, por miedo al patrón, por miedo o por comodidad, lo entierra, deja allí el talento y se pasa la vida sin moverse”, señaló recordando la parábola de los talentos. “El cristiano es un hombre en camino, es una mujer en camino, que siempre hace el bien, que siempre busca el bien, de ir delante”.