Septiembre 28.

 

Día 7 Ayer decíamos que el que se entrega es  porque confía, porque ama. Dios nos ha amado tanto que por no perdernos nos entregó a su HIJO JESÚS.  El amor de Dios por nosotros es infinito porque aun sabiendo que somos pecadores su hijo Jesús llegó a la muerte de Cruz por nosotros.

   

 

Palabras del Papa Francisco:

 

“Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio», y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos.”